Este bonito y ruinoso edificio fue construido en toba roja del país, en un acantilado a más de doscientos metros sobre el mar en el extremo nordeste de Tenerife.
Los atalayeros se remontan a los orígenes de la conquista donde encontramos a los primeros vigías del norte de Tenerife. La posición de privilegio del macizo de Anaga, a barlovento, y el paso obligado por sus proximidades de los buques llevados por los vientos dominantes hacían de estas cumbres un magnífico observatorio desde donde alertar sobre la llegada de buques amigos, prevenir a la población ante un ataque inminente o informar del estado de la mar en las aguas libres del norte. Sin embargo, la primera razón de peso para el establecimiento de atalayas de observación fue la de prevenir la llegada de brotes epidémicos a la isla a bordo de buques infectados. Así que, el 18 de abril de 1506, el Cabildo de Tenerife acuerda el nombramiento de los primeros atalayeros. Los atalayeros de Anaga malvivían pluriempleados en una agricultura de subsistencia, mientras oteaban el horizonte por una escasa renta. Se comunicaban mediante un simple código de señales de humos o fuegos; tantos fuegos, tantos barcos, además del «fuego de obligación» que justificaba su presencia. Desempeñaron un papel fundamental en los ataques no solo de corsarios británicos, sino también de holandeses, franceses, berberiscos o insurgentes americanos.
El nacimiento del telégrafo en 1855 revoluciona el concepto de las atalayas de observación y la formación de los atalayeros, que pasarán a formar parte de cuerpos técnicos del Estado. Por Real Orden el 9 de junio de 1884, se designan los primeros 20 semáforos eléctricos de la costa española. Entre ellos, el de la Atalaya. Construido por el Ministerio de Fomento, el semáforo eléctrico es entregado al Ministerio de Marina en 1893. El 4 de diciembre de 1895 el nuevo Semáforo comenzó a funcionar. El semáforo mantenía la imprescindible comunicación visual con la Comandancia de Marina, que se encuentra a una distancia de algo más de seis millas y tiene su correspondiente torre observatorio y palo de señales. El edificio experimentó varias reformas a lo largo de su vida útil, para realizar estas obras los materiales fueron cargados por camellos.
El año 1898, el flamante semáforo recibe a un ilustre visitante: el almirante Cervera con su Escuadra de Instrucción en demanda de Santiago de Cuba. Con el paso de los años y los avances en las comunicaciones marítimas, el semáforo de La Atalaya en las cumbres de Anaga se volvió innecesario. El 2 de julio de 1970 el entonces Ministerio de Marina lo entrega al de Hacienda, pasando a formar parte del patrimonio del Estado. A partir de entonces la decadencia y abandono ha sido total. El Cuerpo de Vigías de Semáforos de la Armada continuaría aún más de veinte años en activo antes de ser declarado a extinguir.
El Semáforo es todo un símbolo de esta isla marinera donde fondearon Fernando de Magallanes, Álvaro de Bazán, Francisco de Ulloa, Jorge Juan o el almirante Cervera, entre otros.
Consta de un cuerpo rectangular con dos viviendas para los vigías, con varias habitaciones, cocina y retrete; otro cuerpo rectangular adosado al anterior, que sirve de vivienda al ordenanza y otras dependencias, y un tercer cuerpo hexagonal, separado de los anteriores por un pequeño vestíbulo, destinado a observatorio. Cuenta además con dos aljibes, hoy totalmente destrozados, que se alimentan del agua de lluvia recogida en la azotea y a los que había que echar cal para desinfectar, y un horno de pan exterior.
El mástil donde se situaba un pararrayos formado en su momento por un palo de 16 metros de alto y la cruceta de doce donde se colocaban las banderas de señales no ha podido aguantar la fuerza de los últimos temporales y se ha partido
Sin protección específica
El Semáforo ha sufrido durante cerca de 40 años el arranque de sus puertas y ventanas con guías incluidas, el derribo de tabiques, la destrucción de sus dos aljibes, el deterioro de su cubierta y su bonita fachada de tosca roja; se han producido incendios dentro del edificio y, por último, su mástil de señales se ha partido.
Deterioro avanzado y progresivo por completo abandono. Mayores daños por vandalismo, expolio y la fuerza de los temporales. Riesgo de hundimientos.
2021
El Estado subasta el Semáforo de Punta de Anaga por 22.000 euros. Diario de Avisos, 28 de julio
2018
Un grupo de ciudadanos insta al Cabildo a recuperar el histórico ‘semáforo de Igueste’. Diario de Avisos. 3 de mayo
2015
SOS por el Semáforo de Igueste. La Opinión de Tenerife, 18 de enero de 2015.
2014
Semáforo de la Atalaya, Tenerife, por Luis M. García Rebollo. Revista General de Marina, 2014.
2010
El apagón final del Semáforo de Igueste. La Opinión, 22 de agosto de 2010.
Enlaces
El Semáforo de Igueste de San Andrés – 4K. Youtube
Semáforo de la Atalaya, Tenerife. Luis M. GARCÍA REBOLLO. Archivo de la Armada
Semáforo de la Atalaya. Blog