Sitio Histórico de Santo Domingo

PATRIMONIO NATURAL, Jardines o huertas históricos

Información general

Historia:

La historia del lugar es rica y compleja. Antes de la dominación musulmana, el lugar estaba habitado por comunidades hispano-romanas cristianas, convirtiéndose después en hogar de alfaquíes ortodoxos. Tras la conquista católica, fueron los dominicos quienes trabajaron por la reconversión de sus habitantes, dotándose de una gran huerta, un convento y un templo anejo en torno al 1500. Entre 1540 y 1589, estas edificaciones fueron demolidas para reconstruirlas con “mayor amplitud y mejor arte” gracias al mecenazgo de la familia Mendoza. Desde entonces, la única modificación sustancial que experimentó el conjunto hasta el siglo XIX fue la adición barroca de la Nueva Capilla de la Virgen del Rosario (1690), decorada con pinturas murales del siglo XVIII, hoy muy deterioradas. Desde este lugar los dominicos ejercieron su influencia en la espiritualidad accitana hasta la Guerra de Independencia, la cual supuso tanto el desahucio de éstos como el expolio del convento. Tras ésta, el período desamortizador disolvió definitivamente la orden, lo que supuso la subasta del convento. Por su parte, el antiguo templo volvió a ser propiedad eclesiástica y se reabrió al culto. Desde este momento hasta su paso a manos privadas (1855), el recinto fue saqueado y abandonado, siendo adquirido finalmente por Francisco Muñoz Laserna (1880), adinerado burgués accitano. Éste proyectó en este espacio una vivienda de estilo ecléctico con jardín, como reflejo y afirmación de su estatus social, a la que llamó Villa Amalia en honor a su esposa. Su construcción realizada en forma de U (1880-1885), ocupa dos laterales e incorpora estancias del antiguo convento, cuyos restos aún se conservan. La villa fue un gran centro de influencia local, ya que en ella se llevaban a cabo eventos sociales por parte de las personalidades más importantes de la sociedad accitana de la época, como el magistral Domínguez o Maximiano Fernández Rincón, obispo de Guadix. El jardín de la villa se convirtió en lugar de enterramiento de sus propietarios, quienes proyectaron una cripta bajo la capilla del Rosario señalada al exterior mediante un Corazón de Jesús de piedra que destaca por su interés artístico y devocional. Francisco murió en 1921 y sus herederos vendieron la finca a la familia Vega, la cual proyectó la realización de un molino fabril de harina en el lateral norte del ruinoso Real Convento, el que se correspondía con la fachada original. La fábrica, llamada Nuestra Señora del Carmen, estuvo en funcionamiento unos años hasta el estallido de la Guerra Civil, momento en que fue colectivizada por el sindicato de Artes Blancas de Guadix (U.G.T.). Poco después fue abandonada debido a una serie de averías que impedían su rendimiento. Una vez finalizada la guerra, el convento y el templo se convirtieron en almacenes del Servicio Nacional del Trigo hasta la reconstrucción parcial de este último por el Servicio Nacional de Regiones Devastadas en 1955, trasladándose aquí la parroquia de San Miguel.

Descripción:

En la actualidad, tanto el antiguo convento como la fábrica de harinas se encuentran en completo estado de ruina y abandono. El patio central está inundado por la vegetación y conserva una enorme bomba de lubricación Deutz. Las construcciones adyacentes, que constituían los lados este y oeste del claustro, se han derrumbado. El lado sur, con una inscripción alusiva a los dominicos, está muy modificado pero practicable. La huerta del convento contiene restos de construcciones de mampostería y ladrillo y destaca sus valores paisajísticos y sus vistas a la Alcazaba. El templo, por su parte, se ajusta a los modelos mudéjares realizados por alarifes locales y caracterizada por la sencillez estructural y la continuidad y blancura de sus muros. En la actualidad ha sido muy modificada mediante intervenciones como la reconstrucción y repintado de las capillas laterales, ahora neo-barrocas y de estuco policromado. También el altar mayor ha sido muy transformado. Mientras tanto, las magníficas armaduras mudéjares que cubren el altar mayor y la nave central, que destacan por su originalidad, variedad y riqueza técnica y artística, presentan graves deformaciones estructurales, pérdida de policromía y otros problemas que amenazan gravemente su conservación. La fábrica de harinas es un edificio rectangular de fachada historicista, de tres plantas más un sótano, que mantiene tanto buena parte de su maquinaria original, en relativamente buen estado, como su estructura original de madera y su primitiva distribución de espacios. El sótano es accesible por el lado oeste del primitivo claustro mediante la estancia en la que se encuentra el antiguo aparato divisor de grano del molino, y en ella hay mecanismos compuestos por ejes y ruedas de madera. El acceso a las plantas superiores se ve obstaculizado por el estado de las escaleras, y al igual que las inferiores, conserva parte de la maquinaria. El estado de conservación de este lugar es bastante deficiente y, aunque sus elementos estructurales son sólidos, el estar conectado con el ruinoso antiguo convento amenaza gravemente la conservación del edificio, que podría sufrir graves daños en cualquier momento. Por otra parte está Villa Amalia, cuya fachada principal ocupa el lado del claustro contiguo a la iglesia y el lateral inmediato, en ángulo recto. La vivienda de estilo ecléctico, dos plantas y tipología única en Guadix, incorpora un jardín de recreo con pabellones a medio camino entre el modelo francés e inglés, que conserva su flora y trazado original. Este espacio es el elemento mejor conservado de este conjunto, a pesar de que desavenencias entre sus propietarios han propiciado su abandono. En su interior, destaca su rico mobiliario y el interesante ciclo pictórico realizado entre 1883 y 1885 por Agustín Ruiz Cornejo, en relativamente buen estado de conservación.

Grado de protección legal:

En el entorno de delimitación de BIC del Conjunto Histórico de Guadix y Catalogado dentro del Plan Especial de Protección y Reforma Interior del Conjunto Histórico de la ciudad (2019)

Estado de conservación:

Los elementos más problemáticos desde el punto de vista de la conservación son: la huerta histórica de Santo Domingo, con sus infraestructuras hidráulicas asociadas, la antigua fábrica de harinas y la maquinaria original que aún conserva, que en cualquier momento puede sufrir graves daños por su relación con la ruina del convento; el antiguo recinto conventual, que se halla completamente derruido; el magnífico jardín romántico que forma parte de Villa Amalia, que está completamente abandonado a su suerte; la propia Villa, la cual sufrió daños al convertirse el convento en almacén de trigo a mediados del siglo pasado, pues el excesivo peso apoyado en las paredes contiguas a la vivienda provocó fisuras en las mismas, facilitando el filtrado de agua; las magníficas armaduras mudéjares que cubren la iglesia de Santo Domingo, que presentan problemas derivados de la presencia de humedades y xilófagos, así como importantes deformaciones estructurales.