Telleira de Padín

PATRIMONIO INDUSTRIAL, Patrimonio industrial

Información general

Historia:

Situada a los pies del Monte da Cabreira, a escasos metros de la Telleira de Roeiro (Valga) y la Telleira das Rañas (Catoira).
La Telleira de Padín fue el último horno que funcionó en la comarca de O Baixo Ulla. También fue la última en ser construida y la única de la comarca de la que hay constancia de su fecha de edificación. Fue en el año 1942 cuando los Padín dejaron la Telleira das Rañas (Catoira) para construir una propia. La “telleira” estuvo funcionando ininterrumpidamente hasta por lo menos el año 1960. Tras la muerte del padre, Vicente Padín, los hijos fueron buscando trabajos en otras empresas, ya que consideraban muy duro el trabajo de “telleiro”.
El barro venía en su mayoría de Dena, transportado en barcos. Era mezclado para hacer los ladrillos con barro del Monte Cabreira. Las tejas se hacían con barro de Dena exclusivamente. Se producía ladrillo, teja grande y teja pequeña. En un primer momento también se hacían canales, más grandes, pero dejaron de hacerlos una vez empezaron a hacer teja grande.
La venta era realizada principalmente por Vicente Padín. Llevaba teja a Pontecesures en un barco arrendado y allí se cargaba en camiones para su distribución.

Descripción:

La “telleira” fue construida por la familia con ayuda de canteros profesionales, los cuales hicieron los muros exteriores. Los “telleiros” se ocuparon de los arcos de la caldera y de la vestidura de ladrillo en el interior del horno. La masa de unión para levantar arcos y vestiduras era la propia tierra que se usaba para hacer ladrillos.

El horno tiene forma rectangular, con revestimiento de ladrillo. Pallete con muros de piedra pegado en la cara oeste. Tenían un tanque como embarcadero para la entrada de los barcos.

Grado de protección legal:

Sin protección específica

Estado de conservación:

Se conservan los muros perimetrales. Tanto la edificación principal como el entorno permanecen en pie y es posible aún la lectura del lugar y del trabajo que allí se hacía. Se conservan en buen estado el horno, siendo aún visibles la “eira” y el embarcadero.