La torre de la iglesia de San Esteban, es el último vestigio que se conserva del antiguo despoblado de Barriales de Cea, en plena línea divisora entre los reinos de León y Castilla. Los documentos que citan por primera vez Barriales de Cea datan del año de 1026, cuando Alfonso V derrotó a Almanzor, que asolaba periódicamente estas tierras. En este contexto la condesa Doña Sancha, hija del citado rey y monja en el beaterio de San Juan en Sahagún, dona al monasterio de San Facundo dos molinos que posee en el río Cea, uno por entero, y otro a la mitad «cum homines de Barriales». Estos «hombres» de Barriales habitaban un poblado de reciente fundación, en el cual se asentabas grupos de repoblación. Ya en 1468 aparece dentro del arciprestazgo de Cea. No se sabe a ciencia cierta la fecha de su desaparición, pero ya en un pleito del año 1501 figura como despoblado; según la leyenda trasmitida de padres a hijos, debido a una terrible plaga de hormigas. El Diccionario de Madoz de 1847 también recoge esta tradición popular, aunque considera más probables causas como la peste negra, el hambre o las guerras, añadiendo que «la torre de su iglesia es lo único que se conserva en buen estado relativamente.
Sin protección específica
Ruina progresiva. En la descripción que realiza Madoz en 1847 se comenta que el autor vio la torre en buen estado, información que no se corresponde con la realidad actual, pues de ella no queda más que el muro oeste con el refuerzo de las dos esquinas. El muro sigue manteniendo las medidas que cita (unos 15m de alto por 5,4m de ancho, en piedra rematada por unos arcos de ladrillo, visiblemente deteriorados) y desde lejos da la impresión de que esta entera en sus tres dimensiones.
Derrumbe y/o desaparición total.