Se levanta donde el río de la Vega de Cazorla o Cerezuelo se junta con el Cañamares. Ximenez de Rada, en su conquistas de estas tierras, enumera el castillo de Nubila o Nubla. Según Eslava Galán (1999), se trata de una construcción de la segunda mitad del siglo XIII.
Lo que queda hoy de Nubla son los cimientos de una torre del homenaje cuadrada (12’10 metros de lado), de la que todavía subsiste su muro norte. Es una construcción de mampostería en hiladas regulares con alta proporción de cal en el cemento. Ha dejado al descubierto hileras de grandes mechinales y, en el grueso del muro, los huecos de troncos que reforzaban la estructura. Parece que las entreplantas serían de madera o liviana albañilería que no dejó huella: algo similar a la torre del homenaje de Estiviel que es de proporciones casi idénticas (11’60 metros). En la parte central del muro que subsiste, a la altura de la primera planta, se descubre un boquete que pudo corresponder a una ventana estrecha. El grosor de los muros es de 1’40 metros. A cien metros escasos de estos restos se levanta la ermita de Nubla, adosada a un caserío.
BIC
Ruina progresiva.
Derrumbes. Pérdida total.